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lunes, 24 de junio de 2013

La primera alegoría en billetes cubanos



Esta imagen constituye una de las primeras alegorías definitivas y categóricas de nuestra nación. En 1869, la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico, con sede en NuevaYork, emite billetes dirigidos principalmente a los cubanos emigrados y comprometidos con la lucha, residentes en los Estados Unidos. En el billete de mil pesos, en la parte superior, justo debajo del nombre de la República, se encuentra una alegoría de la misma.
Una joven ataviada a la antigua, con gorro frigio sobre su cabeza, apoyada sobre una abstracción que fusiona el escudo nacional y la bandera, a cuyos pies descansa una corona de laurel, mientras que un haz de varillas se asoma por la parte posterior; el índice de la mano derecha de la joven señala la estrella solitaria del escudo y un áurea de rayos de sol rodea a toda la figura.
En esta pieza, el gorro frigio (signo de la libertad), que para la época se identificaba plenamente con la alegoría republicana[1], es quien precisa que nos encontramos frente a la alegoría de nuestra nación. En esta representación los atributos del escudo constituyen los protagonistas iconográficos de la figura: el gorro frigio se ha trasladado de la parte superior del símbolo nacional hacia la cabeza de la República; los rayos del sol naciente, cuyo disco solar ha sido sustituido por la imagen femenina, enmarcan toda la composición; el haz de varillas ha caído del eje vertical central y apenas se asoma en la parte posterior, para remarcar la importancia de la fuerza de la unión  de todos los cubanos, mientras que las hojas de laurel se han dispuesto en forma de corona sobre el suelo, para profetizar la victoria deseada. Puesto que los componentes interiores del escudo han saltado fuera del marco de los cuarteles y se ubican en la composición externa de la figura alegórica, las franjas de la bandera y el triángulo rojo de la estrella solitaria rellenan la superficie del escudo, haciéndose presente también nuestra insignia nacional en la imagen alegórica.
En la presente personificación nacionalista, la imagen femenina y los símbolos nacionales resultan los principales ejes iconográficos que delimitan los bordes simbólicos de la representación. En ella es ostensible como la utilización de los elementos de la bandera y, en especial, del escudo, constituyen recursos importantes en la alegorización de los billetes, en tanto se intenta recrear y remarcar en todos los espacios, y sobre todo en el simbólico, el patriotismo de los cubanos alzados.


[1] La alegoría republicana de Francia, durante su evolución iconográfica en el siglo XIX, establece en el imaginario nacionalista occidental el uso del gorro frigio como atributo de la libertad y paradigma simbólico del sistema republicano.




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